domingo, 11 de abril de 2010

desde mi cielo

1 comentario:

  1. desde mi cielo mago de oz
    Rara vez los prisioneros tenían visitas de sus familiares. Pero la excepción besó esa mañana a Sara. Pero el beso era amargo, era un beso de despedida. Una prima suya se presentó con una carta y la mirada huidiza. Era evidente que algo había pasado. No hicieron falta palabras, hay veces que el Alma escucha las malas noticias antes que nuestros oídos: ¡Su amor había muerto!
    Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras abrazaba contra su pecho aquella carta. Miró el remite y vio que estaba firmada por él.

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